martes, 1 de marzo de 2011

Ver, observar, analizar… y siempre callar


En las distintas coberturas que se efectúan, aparte de realizar el trabajo asignado, el reportero gráfico se encuentra con retos técnicos, personales, económicos y de protocolo, estos últimos pueden marcar el trabajo bien hecho y la reputación del reportero.

Recuerdo un periodista que al saludar a los organizadores y/o relacionistas públicos hacia una reverencia similar a la utilizada ante la monarquía española, la cual no solo era inadecuada sino rayaba en lo ridículo.  Muchas personas conscientes de ello intentaron dialogar con la persona en cuestión pero el argumentaba que era “muy educado y era su sello personal”.

Un reportero gráfico debe pasar desapercibido, su trabajo es documentar no intervenir en ningún suceso.  Si por causas ajenas el periodista se ve involucrado debe tener la suficiente capacidad de separar entre el medio que representa y la persona que es.

Muchas veces se cae en tomar atribuciones que no son.  Si bien es cierto que en la mayoría de veces el periodista se presenta como   Juan García de Periódico XXX – que prácticamente es un matrimonio- este no debe de asumir que él es quien toma las decisiones y solo es un trabajador más del medio que representa.

“A donde fueres haz lo que vieres” reza el dicho colonial y por ello es interesante en cada cobertura observar los comportamientos de otras personas. NO PARA JUZGAR SINO PARA MEJORAR.

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