No importa cuanto tiempo o cuanta distancia esta uno lejos de su país. Lo cierto es que siempre se extraña.
Me decían que al oír los tonos de la Marimba en un lugar lejano evoca a esa patria que, aún con sus problemas, limitaciones y desventajas, es un “algo” que es parte de uno. Es cierto, en el aeropuerto Jorge Chávez de Perú recordé los domingos de familia en La Antigua, los almuerzos de las 2 de la tarde cuando era freelance, cuando pasaba mi papá a recogerme al Liceo Guatemala y las fiestas del interior del país. Hay muchas cosas que suceden en nuestra vida que no comprendemos en el momento pero que luego sabemos que fue lo mejor… esta vez sucedió: Este viaje no tiene final. Este es un principio de algo que se debe recordar.
En el aeropuerto conocí a Katherine Barrientos, futura guía turística de este bello país... quedé invitado gracias al buen recibimiento que ofrece la población inca. ¡Gracias por los muñequitos y el pin de la bandera!
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